La luna llena en Sagitario que acontece este 21 de mayo es única y poderosa pues su astrología toca 4 lugares sagrados en nosotr@s, 4 rumbos, 4 elementos (aire, tierra, fuego y agua), los 4 puntos de la rueda medicinal.
Para nuestr@s ancestr@s todos los seres humanos teníamos la posibilidad y el derecho de caminar 4 y 7 rumbos, siendo estos: Norte, Sur, Este y Oeste… además de cielo, tierra y fuego interior.
Y esta luna nos hace presente esta memoria.
Abriendo la rueda medicinal se encuentra la Abuela Luna unida a Marte (voluntad) y muy cerca de Saturno (el padre disciplinado), todos en Sagitario, en oposición a Vesta (la devoción) y el Sol.La mente mayor nos cuenta que es tiempo de colocar voluntad hacia eso que deseamos sanar, hacia nuestra experiencia en la Tierra. La luna, con poder nos llama a mirar lo que hay adentro en términos de libertad y conexión con el Gran Espíritu y espejearlo con aquello a lo que le dedicamos nuestro tiempo y devoción, iluminando lo que en la mente menor acontece.
Tal vez, todas las preguntas que tenemos aquí y ahora, puedan encontrar respuesta en un verdadero intento por conectar con nuestro Yo Superior sin la necesidad de buscar un gurú o maestro iluminado. Tal vez, estamos siendo invitad@s a reconocer que aquí y ahora somos nosotr@s nuestro propio camino hacia la mente universal y hacia el Gran Misterio. Somos nosotr@s alumn@s y maestr@s.
Esta astrología nos puede estar diciendo que para encontrar las respuestas a todas nuestras preguntas en torno al significado de la vida y al bienestar interno, toca mirar nuestro fuego interno y revisar hacia dónde apunta la flecha que emana de su centro. Hacia dónde toca ir, para integrar.
Así también en esta ecuación de cielo tenemos cruzando esta luna llena a Júpiter (benefactor) y Nodo Norte (la siembra) en Virgo (la virgen, el detalle) en oposición a Pallas (la estratega), Quirón (sanador), Neptuno (el ensoñador) y Nodo Sur (cosecha) en Piscis.
Donde estos otros espacios de la rueda medicinal nos dicen que hay que ordenar, abrir espacio, organizar y expandir el espacio interno y externo para estar al servicio de la sanación y todo lo que deseamos provocar aquí y ahora como una realidad palpable.
Estamos siendo llamad@s a caminar los 4 rumbos sagrados en nuestra vida, a preguntarnos qué desea mi corazón, qué sanación requiero hacer para darle paso, cómo pueda conectarme con el Gran Misterio y a través de los dones que poseo manifestar para gracia de siete generaciones atrás y siete adelante. En realidad la tarea puede ser difícil, sobre todo si sentimos que el camino retrógrado que hace Marte nos está tocando profundamente llevándonos a revisar lo que en el pasado hemos vivido como herida, trauma, violencia.
Y es que Marte poco a poco, paso atrás, nos está llevando a encontrarnos con eso que duele porque es secreto, porque es sombra, porque es prohibido. Y puede ser que nos estemos aferrando a ese dolor -sin saber cómo salir- o que logremos encontrar en ese lugar terrible el impulso necesario para salir. Lo cierto es que nos está tocando muy fuerte, nos está llamando a revisar nuestras propias violencias, a mirar cuáles han sido nuestras caídas, a tomar voluntad para destruirnos o reconstruirnos y ejercer nuestro derecho a crear con amor.¿Qué estamos eligiendo?
Caminar los 4 rumbos nos lleva forzosamente a recoger los huesos que hemos dejado en el camino, los pedazos de alma que se nos han ido de dolor y sufrimiento… muerte de seres queridos, pérdidas terribles, fracasos, cambios profundos, decisiones que han parecido “erróneas”. Y Marte nos está anunciando que en las próximas semanas toca hacerlo. Con amor, en comprensión y compasión de nosotras mismas. Reconectando con nuestro camino sagrado.
Y una vez que nos hacemos conscientes de los 4 rumbos sagrados aquí en la Tierra Madre, podemos mirar también que existen otros 3 rumbos que siempre nos acompañan: Cielo, Tierra y Fuego Interno. Aquí en la tierra es que podemos co-crear el cielo o el infierno, dependiendo a qué pensamientos y sentimientos nos entreguemos, a qué parte demos mayor peso… al camino del ego o al camino del corazón.
Desde ahí, Mercurio en Tauro, Júpiter y Nodo Norte en Virgo y Plutón en Capricornio, haciendo un gran trino nos impulsan a mirar el horizonte, a mirar hacia dónde querremos apuntar una vez que hayamos definido el rumbo de nuestra flecha sagrada, de nuestra búsqueda profunda. Nos impulsan a develar nuestra verdad, a cumplir con quien verdaderamente somos, a comprometernos con nuestro corazón honesto, independientemente de si agradamos con esto o no a quienes nos acompañan en este viaje.
El camino no está siendo fácil, sobre todo porque es posible que hayamos tenido que separarnos o alejarnos un poco de quienes amamos porque hemos requerido quitarnos todo lo conocido para mirar de qué estamos hechas realmente.
¿Y de qué estamos hechas?
Miremos a quién o a qué le damos nuestro poder y ahí hallaremos también la herida, eso que nos puede desmoronar de una sola palabra o acción. Aquí podremos mirar de qué estamos hechas. Porque cuando no cedemos nuestro poder a nada ni a nadie, el mirarnos los huesos puede dolernos pero no nos anula, ni nos inmoviliza hasta la muerte.
Esta luna nos invita a preparar la flecha mientras caminamos hacia atrás recapitulando en dónde se nos fue la vida, en qué situaciones se nos fueron pedazos de alma. Es necesario hacerlo y ofrendar para limpiar nuestra conexión con el Gran Misterio, para avanzar hacia lo que viene.
Seamos conscientes de este paso vital por los rumbos de la rueda medicinal, pongamos el intento en caminar Norte, Sur, Este y Oeste… Aire, Fuego, Tierra y Agua, para encontrarnos… para encontrarnos una y otra vez.
La Mujer Lunar
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