Hay dos momentos importantes de cada mes -luna nueva y luna llena- que nos cuentan cómo estamos manejando nuestras supuestas polaridades, y si estamos logrando integrarlas en verdad con todo el corazón deseoso de aprendizaje. También fase creciente y menguante nos ayudan a mirar cómo va nuestra siembra y cosecha, a afilar nuestro intento y a soltar.
La luna llena en Escorpión es un portal de transformación y depuración. Cada año -como cada luna llena o nueva- toca temas diferentes en nuestra humanidad, de tal forma que nos muestran dónde podemos ir avanzando en nuestra vida para trazar con belleza nuestra evolución.
Recordemos que la astrología no funciona como herramienta de presagio; aunque se le ha querido desvirtuar por la enorme sabiduría de la que es fuente, en realidad, la Astrología nos ayuda a través del mapa de los astros a mirar adentro de nosotr@s, encontrando las claves en nosotr@s que nos ayudarán en nuestra andanza en esta Madre Tierra.
Las posiciones de los planetas y asteroides, et cétera cuando son también cíclicos, y nos ayudan a elaborar nuestras propias ciclicidades, siendo la más clara y cercana la Abuela Luna. Ella nos ayuda a darnos cuenta en cual “aquí y ahora vivimos”… ella nos da cuenta del tiempo.
Y así, esta luna llena en Escorpión que acontece hoy 22 de abril nos abre la puerta al tema del compromiso. Esta luna que se opone al Sol en Tauro, y que está conjunta a Juno -también en Escorpión, nos hace un llamado a poner la mirada en nuestras maneras de comprometernos.
Esta luna siempre nos cuenta también de un cúmulo de energía que estamos cargando, algo que no hemos abierto, algo que nos quedamos, que hasta cierto punto nos oprime y lo vivimos como secreto. En general suele tratarse de un cúmulo de pensamientos y emociones… de aguas oscuras. Y con esta luna sucede la imposibilidad de contenernos. Toca mirarnos en el espejo de obsidiana.
Y es en ese espejo humeante, oscuro, acuoso, que podemos encontrar el dolor no dicho, la creatividad no compartida, el deseo de compromiso, las promesas abiertas, y también la imposibilidad de hablar de ello.
Preguntémonos ¿cuáles son esos pensamientos que no estoy logrando ordenar? ¿qué herida vieja no está logrando sanar? ¿qué promesas se quedaron sin cumplir? ¿qué me está impidiendo brillar? ¿qué parte de mi historia todavía no estoy inteligiendo?
La luna llena en Escorpión nos cuestiona profundamente. Su mirada parece perforarnos. E inevitablemente saca en nosotras la tristeza, enojo, sofoco, sensación de esclavitud o cualquier otro sentimiento o emoción que estemos guardando. Porque en su reflejo nos toca SER. En esa oscuridad brillante nos toca mirar el tejido y el tejedor -tejido y tejedor somos nosotras.Juno -que acompaña muy cerca a la Abuela Luna- nos toca el tema del compromiso. Y nos cuenta que faltar a nuestros compromisos puede resultar en algo terrible. ¿En dónde estamos con un pie adentro y un pie afuera? ¿Por qué estamos tocando puertas para luego echarnos a correr? ¿De verdad queremos tejer vínculos con quienes llamamos a nuestra vida?
La astrología de esta luna nos cuestiona muy fuertemente. Por que parece que decimos SÍ y nuestra acción dice NO … o tal vez… o no sé. Y esta confusión y titubeo en realidad nos está hablando de que requerimos ser muy honestas con nosotras, dejar de buscar culpables afuera, y responder por esos temas que hemos venido arrastrando -al menos por los últimos nueve años.
Esta revolución y conquista de libertad que nos fue marcada con la Luna Nueva en Aries hace un par de semanas, abre el capítulo para Hablar nuestra palabra.
Cuando no cuidamos de nuestros proyectos, de las empresas creativas que parimos, de eso que “nos importa” entonces podemos perderlo en un abrir y cerrar de ojos. Alguien más puede venir y tomar nuestro lugar, alguien más puede hacer lo que nosotras NO hemos decidido hacer… alguien más puede venir a confrontarnos, a exaltar los celos y el enojo en nosotras, despertándonos de un golpe.
Juno nos habla del arquetipo de la esposa celosa, nos habla de una crisis detonada por un tercero o tercera que nos muestra el lugar que nosotras no hemos podido o querido ocupar.
Y esto nos confronta. Porque al mirar la traición o infidelidad de quien pensábamos de toda nuestra confianza, somos llamadas a vivir un conflicto. Pero también nos enfrentamos a la oportunidad de decidir cómo queremos vivir ese conflicto: desde la víctima o re-estableciendo el compromiso… con nosotras mismas.
En realidad, una traición siempre nos llama a volvernos presentes; presentes con nosotras y con nuestras relaciones. El arquetipo que nos invita a vivir esta luna es el de la mujer-amante. que se sobrepone al de la esposa celosa para hacerse cargo, para comprometerse.
¿Con qué nos tenemos que comprometer? Con eso que amamos tanto, con eso que nos apasiona, con eso que nos da vitalidad y luz, con esa alegría y poder internos.
Toca mirar ¿en qué aspectos no nos hemos comprometido como para atraer a alguien más para que tome nuestro lugar? ¿por qué nos está dando miedo brillar?
Esta luna nos está llamando a dar un paso más con valentía; a mirar sin miedo los reflejos de nosotras a través de los espejos humanos que son nuestras relaciones. ¿Qué nos dicen? ¿En dónde nos están retando? ¿En qué área de nuestra vida nos están llamando a trabajar y a hacernos cargo de nuestro brillo?
Esa mujer oscura, esa bruja, nos está llevando a perder un poco el control para que así podamos depurar, para que podamos mirarnos en la intimidad… enfrentándonos con esas partes incómodas de nosotras que piden amorosa transformación.
Es parte del viaje, es parte del inicio de una nueva libertad, y la posibilidad de ocupar un nuevo lugar en nuestra vida y en el mundo.
Continuemos con la alquimia, no tengamos miedo.
Esta poderosa luna en Escorpión nos invita a sumergirnos en nuestra confusión hasta encontrar claridad, a mirar nuestro potencial creativo que pugna por salir y manifestar en el mundo, mirar el verdadero origen de nuestros conflictos para comenzar un camino de sanación, hacernos cargo de nuestro verdadero brillo, permitirnos ver más allá de la forma. También nos llama al compromiso verdadero, es decir, a mirar en dónde no estamos colocando nuestra energía, pensamiento y palabra aunque sea de infinita importancia para el corazón.
Si atendemos la oportunidad de ser consortes de nuestra vida, vayamos con amor, con dulzura, con belleza, con miel, con entrega y mirada clara.
De esta forma descubriremos que nada ni nadie podrá ocupar nuestro lugar tal y como nosotras lo hacemos, porque somos únicas, irrepetibles y estamos paradas en amor y autorespeto.
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