“Distante estrella es este amor
que a nuestro hogar es buen conductor,
un sol ardiente es este amor
que ilumina la más breve acción”
Con toda libertad, de la película “Valiente” (Brave)
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Arte: Cathy McClelland
31 de enero: Luna llena y Eclipse en LEO
Este 31 de enero acontece la luna llena en el arquetipo de Leo. Toda luna llena acontece cuando la Abuela Luna se encuentra opuesta al Sol. El sol se halla en el arquetipo de Acuario, por esto decimos que toda luna llena siempre detona dos polaridades a tejer en nuestros procesos internos. Estas polaridades se dejan ver días antes y días después de la luna llena. Pero cuando esta luna acontece de la mano de un eclipse, la intensidad crece, y se hace visible en nuestra vida y en nuestras relaciones: relaciones humanas y con el mundo.
Leo es el arquetipo del corazón, de la valentía, del brillo interno, de la fuerza de voluntad, de la niña interior, del autocuidado, de la dignidad y del enojo sagrado. Leo nos contacta con nuestro ego y los conflictos que puede crearnos, para encontrar nuevamente nuestro centro, para darnos cuenta si estamos en un exceso de ego, para mirar si de nuevo hemos caído en la tentación de darle al ego las riendas de nuestra vida. Y si es así, buscar nuevamente el camino del corazón. Ahí se encuentra la luna este 31 de enero, recordándonos que nosotras somos nuestra causa y que cuando nos “descuidamos” todo tiende a convertirse en un caos. Todo tema que tengamos pendiente resolver y mirar en la vivencia de Leo (en los temas arriba mencionados) se aparecerá con el paso de la lunación para permitirnos elaborar los aprendizajes y nuestra vivencia.
Acuario por otro lado, como polaridad de Leo nos habla de nuestro lugar en el colectivo, de nuestras creencias y condicionamientos heredados. Nos contacta con la fuerza del colectivo, de los grupos a los cuales pertenecemos, incluyendo nuestra familia y ancestr@s. Este arquetipo nos lleva a tomar fuerza de todas las personas que han caminado la Tierra, y reconocer en nosotras las experiencias positivas y negativas que han acontecido en nuestra historia grupal. En esta astrología se encuentra el Sol opuesto a la Luna, permitiéndonos mirar qué tanta fuerza ganamos y perdemos cuando queremos seguir los “mandatos” de grupo.
En este eje Leo-Acuario nos toca encontrar nuestro verdadero lugar en el mundo, en nuestra historia, en la historia colectiva y del árbol genealógico. En estas polaridades encontramos la oportunidad de re-conocernos. ¿Quienes somos cuando estamos solas? ¿Quiénes somos cuando nos dejamos absorber por las creencias del grupo? Esta luna llena nos contacta con la forma en que nos hacemos independientes: tomando la fuerza de grupo para hacer un camino individual, desde nuestra propia voluntad del corazón.
Así, es probable que en los últimos días te hayas encontrado con las partes intoxicadas del grupo, esas que te agobian: lo tóxico en la sociedad, en la familia, en los seres que nos han heredado las creencias con las que forjamos la realidad. Es probable que hayas tenido la oportunidad de mirar los aspectos, conductas, secretos, desorden y tramas que son no saludables para tu crecimiento, y que estés en el hartazgo de rendirte pasivamente ante ellos. Así es como este eje Leo-Acuario se activa, en estas polaridades es que encontramos lo que nos da fuerza de nuestra familia pero también lo que no deseamos seguir perpetuando como “normal”.
Esta luna llena nos da la oportunidad de tomar valentía para hacer nuestro propio camino, para romper con viejas formas de relacionarnos con el grupo, y elevar un rezo de nuevas formas, integradas desde el corazón, desde nuestra verdad más vital.
No necesitamos permiso para estar a nuestro favor, parece que nos dice esta luna que acontece de la mano con un Eclipse Lunar Total, el primero del 2018, que nos retorna a un trabajo que ya habíamos mirado con el eclipse de agosto de 2017… ese que nos preguntó ¿Cómo estamos con respecto a nuestro poder personal? ¿Cómo estamos con el tema de “hacernos cargo del otro”? ¿Si estamos bien paradas en nuestro poder personal o basta que llegue alguien más para movernos de ahí y dejarnos en la confusión y caos? ¿Cedemos nuestro poder a otros: pareja, amante, hijos, madre, padre, jef@? Ahora ya sabemos más cuál es el tema que nos mueve internamente y que es probable que esté relacionado con los temas de este eje Leo-Acuario.
Antes de cruzar el eclipse como una puerta de transformación es importante reconocer cuál es “el tema” en estos momentos de nuestra vida, es importante tener claridad acerca de lo que necesitamos deshacer y poner en práctica, antes y después del eclipse, lo que nos ayuda a tomar mayor consciencia acerca de nuestro rol en esta experiencia.
Un eclipse lunar sucede solamente cuando la luna está llena y la Tierra bloquea la luz del Sol, haciendo que una parte o toda la sombra terrestre cubra la Luna. En esta ocasión tendremos un eclipse total, lo cual es muy poderoso porque nos permite experimentar la oportunidad de un reinicio profundo.
Desde la Astrología un eclipse es mirado como un espacio de no-tiempo que nos permite reconducir nuestra energía vital y reiniciarnos en el camino. Una parte muy profunda de nosotras se deja mirar, usualmente es esa parte que no mostramos al exterior y que dejamos solamente para nosotras. A veces no estamos conscientes de qué parte se trata, pero conforme avanzamos hacia la luna llena a través de nuestra voz, acciones y sobre todo SENTIMIENTOS se despliega en nuestras relaciones. Por eso, la lunación previa a un eclipse suele ser muy reveladora, y suele desatar emociones que no creímos que portábamos.
La mejor manera de navegar un eclipse, desde la mirada astrológica (diálogo con los astros) es hacernos conscientes de lo necesitamos manifestar, arreglar, reajustar y reivindicar en nuestra vida. En este eje de Leo-Acuario en que ocurre el eclipse donde actualmente los Nodos Lunares (misión de vida, cabeza y cola de dragón) se encuentran también, la invitación es a realizar ajustes en nuestro lugar ocupado según nuestras creencias heredadas y las nuevas creencias que deseamos forjar, recordándonos que nosotras somos el motivo más vital de nuestra existencia.
Astrología Sideral: Eclipse en la constelación del Cangrejo
Los doce arquetipos zodiacales (aries, tauro, géminis, etc) son espacios imaginarios que fueron ubicados alrededor de la Tierra, cuando decimos que el 31 de enero el Sol estará en Acuario opuesto a la Luna en Leo, lo decimos tomando en cuenta la Astrología Tropical. En el Siglo II, los arquetipos fueron nombrados según las constelaciones que se observaban en cada puerta o punto cardinal, pero con el paso del tiempo nuestro sistema fue moviéndose (como continúa haciéndolo) y las constelaciones que originalmente dieron nombre al zodiaco tropical fueron desplazándose.
Zodiaco Sideral (constelaciones) y Zodiaco Tropical (arquetipos o signos) Fuente: Mystic Review
Ahora, tenemos entonces dos puntos importantes de enfoque: Astrología Tropical (arquetipos o signos del zodiaco) y Astrología Sideral (Constelaciones).
Valga decir que estos dos enfoques no chocan, ni nos hacen perder nada, al contrario, nos ayudan a enriquecer la mirada y a profundizar más en nuestros aprendizajes humanos. Porque el diálogo con las estrellas, el cielo, los arquetipos y constelaciones lo hacemos nosotr@s. Nosotr@s somos quienes hacemos la astrología.
Me parece de suma importancia contribuirte con este dato, porque el eclipse del 31 de enero así como acontece en el eje Leo-Acuario, también lo hace en la constelación del Cangrejo. Y esto es de suma importancia saberlo porque colectiva e individualmente nos estamos moviendo a elaborar nuevos paradigmas con respecto a los temas que toca esta constelación.
La constelación del Cangrejo nos habla de temas femeninos: ritos de paso de la mujer, maternidad, nutrición, autocuidado, la Madre como arquetipo, la familia, el hogar, la responsabilidad, la caridad, el amor saludable, la intuición, la sensibilidad, lo doméstico.
Así que con este eclipse tocamos colectiva e individualmente un aspecto visible pero tabú: cómo nos hacemos cargo de los otros, de los hijos creativos y biológicos, de los que están andando la Tierra y se convertirán en futuros forjadores.
Somos una sociedad herida desde la Madre y todo lo que en esa figura hemos colocado, para bien o para mal. Y con este eclipse se abre un periodo largo que podemos aprovechar para REIVINDICAR a la Madre arquetípica, biológica y también, nuestra propia vivencia como Madres.
Lo primero que podemos hacer es un ejercicio honesto enlistando todo eso que hemos lanzado sobre lo que significa “ser madre”. Sin duda, tenemos mucho que elaborar y profundizar cuando vivimos en una sociedad enferma que condena a la mujer que amamanta públicamente pero que normaliza la publicidad de una mujer mostrando los senos, cosificándola.
A la figura de la madre le hemos colocado sacrificios, condicionamientos, prejuicios, moralina, y un sin número de aspectos que hacen que la maternidad sea imposible, para cualquier mujer, la que vive su maternidad biológica o la que lo hace desde su lado creativo (teniendo hijos creativos). Si nos ponemos a reflexionar un poco encontraremos muchísimos tabúes que se nos han vuelto heridas, que nos han impedido nutrir y ser nutrid@s con amor, libres, empoderadas.
Y con esta herida en el útero y en el corazón es que nos presentamos en este eclipse.
La comparación, la vergüenza, la presión, la expectativa, la exigencia, son bloques de hierro que han caído sobre la vivencia de la maternidad. Para mal hemos crucificado, santificado, idealizado, burlado, herido este rito de paso femenino y vital. Sin una maternidad espiritual saludable ningún mundo amoroso puede construirse.
El Cangrejo: Hablar de la maternidad herida
Muchas de nosotras crecimos sintiéndonos reemplazadas, atenuadas, comparadas, exigidas y excluidas por mamá. Y es probable que al llegar a nuestra propia maternidad (creativa o biológica) no tuviéramos un sano punto de partida para sostenernos en este rito de paso.
Comenzar a mirar sin drama dónde se generó la herida con nuestra madre nos coloca en un lugar de inicio maravilloso para la reparación y resignificación de la maternidad.
Podemos intuir que hay una herida en nuestra relación con mamá cuando nos autosaboteamos, cuando cuidamos demasiado a los otros, cuando nos descuidamos, cuando nos exigimos para “ser casi perfectas”, cuando no tomamos las oportunidades de la vida o cuando no podemos expresar libremente quiénes somos por miedo a ser rechazadas y no amadas.
El amor de nuestra madre es un amor que continuamente buscamos y re-editamos en nuestras relaciones, la herida con mamá nos predispone al desequilibrio entre dar y recibir, nos impide tomar y disfrutar la vida en su totalidad, nos impide florecer con amor. Ponernos en justa medida con respecto a nuestra madre, sin santificarla, sin disculparla, sin sacrificarla, ni culpabilizarla, nos recoloca en nuevo espacio con respecto a nuestra propia maternidad y nuestro ser mujer.
Limpiar la mirada con respecto a la maternidad nos permite liberarnos de yugos, liberar a nuestra madre de todas nuestras exigencias, y abrazar a la mujer adulta que somos para comenzar a maternarnos, nutrirnos, cuidarnos y amarnos a nosotras mismas desde un espacio verdadero y original.
Cuando nos vivimos a partir de exigencias, idealizaciones, ilusiones en torno a lo que significa “ser madre” continuamente nos encontramos con la creencia de “no ser suficientes”, “no cubrir la cuota”, y con miedos profundos, limitaciones y caricaturas de lo que “debe ser”. Y la maternidad se convierte en esclavitud.
Este eclipse que ocurre en la constelación del Cangrejo, cerca de la estrella Asellus Australis originalmente relacionada con la energía de Marte y Mercurio, nos invita a hacer un diálogo interno con nosotras para encarar con honestidad las creencias que desde nuestra vivencia individual hemos colocado en el registro colectivo. Esta estrella nos invita primero a contactar con el enojo sagrado (enojo con causa, que viene cuando necesitamos colocar límites para proteger el corazón) y reconocer esas creencias que nos han mutilado la vivencia de la maternidad: la mujer que se convierte en madre renuncia a ser mujer, si algo falla en la crianza es culpa de la madre, una mujer es valiosa por su fecundidad, una mujer solamente es completa si se convierte en madre, una madre tiene que sacrificarse, una mujer para ser verdadera madre necesita postergar sus propios sueños, el parto significa dolor, la mujer embarazada no está en sus cabales, etc.
¿Cuántas veces sin desearlo ni estar conscientes no hemos obligado a pensar y vivir la maternidad de esa manera?
Y no solamente con la maternidad biológica. La maternidad creativa es un experiencia que también se encuentra sesgada. Cuando una mujer piensa y siente un nuevo proyecto, cuando desea que algo nuevo nazca y se vuelva una contribución para su vida y para el mundo, usualmente conecta con la necesidad de “ser aprobada” para tomar acción. Así hemos sido instruid@s: a pedir permiso para darle voz al sueño del corazón, imaginando toda una serie de imposibles, pensando y repensando que nuestro proyecto fracasará porque no se adapta a lo que el sistema quiere.
La maternidad creativa es una experiencia que se vive también en el cuerpo, en la mente y en el útero-corazón. Las mujeres somos poderosamente creadoras-creativas por naturaleza. Y nuestro cuerpo SABE cuando necesita parir nuevas estructuras y nuevos caminos para equilibrar el mundo. Pero solemos callar ese impulso cuando a nuestra mente vienen pensamientos como “mejor haz algo productivo”, “deja de soñar”, “deja de perder el tiempo”, “es demasiado grande este proyecto y será muy difícil que se de”, “es que no sé por dónde empezar”. Y tras la confusión y la batalla interna, terminamos olvidando la semilla.
En esta astrología, junto a la Luna y el Nodo Norte se encuentra también Ceres, un asteroide que para la astrología chamánica remite a la nutrición, la virgen interna y la posibilidad de la cosecha (de la Tierra y del alma). La conversación en torno a la experiencia de la maternidad se profundiza. Porque Ceres nos cuenta que solamente cuando somos vírgenes podemos nutrir, cuidar, florecer.
Y “ser virgen” es otra experiencia femenina que ha sido desvirtuada porque hemos creído que tiene que ver con el “himen físico intacto” cuando en realidad originalmente una mujer VIRGEN era una mujer entregada a ella misma, que se cultivaba a sí misma, que no importaba si tenía pareja o no, eso no la definía, ni le restaba o colocaba poder. Una virgen era una mujer que había aprendido a ser guardiana de su fuego interno.
Entonces, Ceres nos invita desde un lugar importante a ser de nosotras mismas, a cultivar nuestro fuego interno o creatividad total para poder repensar, resignificar la maternidad. Lo que es vital para dar a luz un nuevo mundo.
La Nueva Era para florecer requiere de energía femenina y masculina saludables. Reivindicar el lugar de la maternidad en nuestra vida individual y colectiva nos ayuda a fundamentalmente a resignificar y sanar nuestros vínculos, nuestras relaciones, el gozo por la vida, el cuidado de la Madre Tierra, a aprender nuevos modelos de autocuidado, autoamor. Nos lleva a entrar a la vida desde un lugar amoroso.
En este eclipse y en esta luna llena llama a tus ancestras de buena vida, pídeles que conduzcan en ti pensamientos amorosos y positivos de su experiencia como madres. En realidad, somos producto del amor de much@s; si no encontramos vivencias positivas de la maternidad en nuestra madre, abuelas o bisabuelas, es porque el tiempo de guerras y migraciones les tocó a ellas. Pero estoy segura que sabes que ellas soñaron una maternidad distinta y gozosa. Y detrás de ellas hay miles de mujeres que seguramente tienen para ofrecerte memorias amorosas de la maternidad.
Nosotras somos un sueño vivo. Estamos siendo semillas para un nuevo mundo, donde la niñez y las vivencias de lo femenino tengan espacio de celebración. No estás sola, somos muchas ensoñando contigo.
¡Poderosa luna llena y eclipse, tengas!
Karina
para la Mujer Lunar
¡BIENVENIDA A NUESTROS TALLERES PRESENCIALES!
mujerlunar.com/tallerbogota/
Karina, te doy un GRACIAS tan grande que ni imaginas porque cada artículo tuyo es como entrar en otra dimensión, admiro cómo escribes y lo que escribes, lo que sabes y lo que transmites. Infinitas gracias.